Te encanta la fase creativa, diseñar tu propuesta de valor, tu programa, pero cuando llega el momento de lanzar, te estresas. Con tantas tareas por hacer, como la landing, los correos electrónicos, el contenido en Instagram, llega el día del lanzamiento y todo lo que deseas es poner un bar en la playa y vender batidos.

Y ni hablar de la fase de ventas después del lanzamiento, donde tu energía está agotada, y tienes que ser amable, persuasiva, para que todo el esfuerzo valga la pena. Llegas al primer encuentro de tu programa, lo que más te apasiona, ¡pero estás exhausta! Justo cuando más necesitas un descanso, tienes que volver a estar al 100%.

Porque no se trata de dejar de hacer, sino de hacerlo mejor. Un lanzamiento, sea cual sea el formato que prefieras, es clave para escalar, posicionarte y multiplicar tus ingresos. Pero no debería ser a costa de tu sacrificio y agotamiento. En ese estado, todo lo que permanece es el estrés y la urgencia.